No quiero absolutamente nada materia.
Un día me despojaron de TODO, hasta de mi propia vida y existencia y ahí... en ese gran infinito que es la NADA comprendí que lo más valioso que tenía en ese momento era YO MISMA.
Desde ese instante encaminé mi vida hacia una dura y cruel supervivencia con un fin único, poder ayudar al "otro" en su caminar, aunque desgraciadamente velar por las débiles en este mundo se ha convertido en delito. Los DDHH han dejado de ser un beneficio apoyado por la humanidad ocupando el lugar de la persecución, el aislamiento, el silencio, la soledad e incluso la muerte.
... NADA me pertenece.
Viajar con la mochila libre de peso para caminar más ligera.
Me veo en la obligación de dar las gracias a aquellxs que me hicieron tanto daño, porque quizás de otra manera nunca me hubiera encontrado de esta manera tan mágica y enriquecedora... porque el dolor sólo dura un momento y el resto lo construimos desde nuestro más profundo interior con la dirección que más nos convenga con un solo objetivo...
NADA
DESAPEGO
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