Es absolutamente exquisito contar con una cámara de fotos, un cuaderno y un boli cuando de lo que se trata es de una larga espera, en el aeropuerto, en el terminal de buses, en un banco, en el metro.... ¡Es tal la multitud de personas que se pueden llegar a cruzar en tu camino!, tan dispares, tan verdaderos, tan falsos... quehaceres imperfectos en todos los idiomas, largas conversaciones, posturas de amor y provocación entremezcladas con insinuosos olores acercando labios, pegando cuerpos, deshojando destinos.
Mi boli me dicta oraciones, mientras mi cámara me regala imágenes de tal manera que oso penetrar en cada una de las almas de toda esa multitud ansiosa y absorbo sus esencias y exprimo sus pensamientos dejando todo plasmado, en un delicioso momento
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