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lunes, 31 de enero de 2022

"La realidad es una alucinación colectiva en la que estamos de acuerdo". María Victoria Fonseca

Foro Gogoa | María Victoria Fonseca: "La realidad es una alucinación colectiva en la que estamos de acuerdo"

FONSECA EXPLICÓ EN EL FORO GOGOA CÓMO LA CIENCIA ACTUAL ESTÁ CAMBIANDO NUESTRA COSMOVISIÓN, LA DEL MUNDO Y LA DEL SER HUMANO

30.01.2022 | 16:36
María Victoria Fonseca.

Comprender el mundo desde la física cuántica, de la mano de María Victoria Fonseca, es un ejercicio de introspección sobre cómo funcionamos los seres humanos y cómo nos relacionamos con el entorno, con los demás y con la vida. En el Foro Gogoa demostró su habilidad para desentrañar este misterioso universo que pone patas arriba nuestra idea de lo que es real y nos invita a construir una nueva forma consciente de habitar nuestro mundo. María Victoria Fonseca es Catedrática Honorífica de Física Atómica, Molecular y Nuclear en la Universidad Complutense de Madrid, licenciada en Ciencias Políticas y diplomada en Óptica. A lo largo de su carrera, ha trabajado en las universidades de Cornell y Stony Brook (EEUU) y en el Instituto de Física y Astrofísica Max Planck-Werner Heisenberg de Munich (Alemania). Fue pionera en España en el desarrollo de la física de rayos.

Qué es la física cuántica y cuál es su objeto de estudio?

La física cuántica es la teoría matemática que describe el mundo microscópico y el modelo teórico de la ciencia actual para explicar el comportamiento de la materia y la energía a escalas muy pequeñas, de fotones, de átomos, núcleos, quarks, etc. No se ocupa de la mente, ni del psiquismo humano, ni de las emociones. Y como todas las teorías, tiene un formalismo matemático aceptado desde hace más de 120 años y una interpretación de ese formalismo que sigue siendo muy debatida. La física cuántica es el conjunto de ideas más revolucionario sobre el comportamiento del mundo microscópico.

Vayamos a los orígenes, ¿cómo nace?

La primera idea revolucionaria sobre el comportamiento de la materia y la energía surgió en el año 1900 con el premio nobel Max Planck, considerado el padre de la física cuántica. Introdujo la idea de cómo la luz, al interaccionar con la materia, lo hace de forma discontinua. Einstein extendió la idea de Planck para poder explicar el efecto fotoeléctrico. En los siguientes 30 años, un grupo de jóvenes científicos desarrollaron las leyes de la física cuántica y sus descubrimientos también merecieron el premio nobel.

De qué está hecho el mundo cuántico?

La física cuántica interpreta el mundo material de una forma completamente novedosa: la materia está formada por átomos, llenos de vacío, que se describen por probabilidades matemáticas. Materia y energía, inextricablemente unidos, son equivalentes.

Es experta en un área de conocimiento que asusta y fascina, ¿por qué cuesta tanto entenderlo?

supone una revolución en nuestra comprensión de lo que entendemos por lo que es real, que no es accesible con nuestra mente actual que interpreta la realidad según el modelo de pensamiento de la física clásica. Albert Einstein ya era consciente de la limitación de nuestra mente para entender lo que es la realidad y decía que, en su larga vida, había aprendido que toda nuestra ciencia, comparada con la realidad, es primitiva e infantil. Y a pesar de todo, es lo más valioso que tenemos.

¿El mundo cuántico nos invita a pensar de una forma nueva?

–Como decía el premio Nobel Werner Heisenberg, los átomos no son cosas, son sólo tendencias. Así que, en lugar de pensar en cosas, debemos pensar en posibilidades o probabilidades de presencia. Las partículas subatómicas son paquetes de energía e información en un enorme espacio vacío.

¿Qué es el vacío cuántico?, ¿qué hay en la nada?

–El vacío cuántico, según lo interpreta la física cuántica, es un océano de energía fluctuante con infinitas frecuencias espacio-temporales. La energía crea partículas en el vacío cuántico, que están apareciendo y desapareciendo en tiempos brevísimos. Además sucede que este vacío está por doquier en el interior de cada átomo y, por tanto, dentro de mi cuerpo, de cada porción de materia, de la mesa, de la habitación, de la silla... Es el soporte de todo lo que existe. Los átomos intercambian energía continuamente, es decir, todos los cuerpos emiten y absorben radiación, incluso los más fríos. De manera que existe una relación inextricable entre materia y energía porque los electrones están en continuo movimiento en el interior de los átomos.

¿Las leyes de la física cuántica son un desafío al sentido común?

–La mecánica cuántica describe un universo extraño y probabilístico. El mundo cuántico habla de probabilidades de presencia, de funciones de onda, no de objetos materiales. Se piensa de otra manera. Desde este prisma, los conceptos clásicos de espacio, tiempo, localidad, etc., dejan de tener el sentido conocido y son sustituidos por otras interpretaciones de lo que es la realidad. Para la física cuántica, conceptos como entrelazamiento, dualidad onda-partícula, no-localidad, etc., generan un contexto coherente que da nuevo sentido no sólo a la realidad material sino también a la naturaleza humana.

¿Qué es la propiedad del entrelazamiento?

–Las partículas cuánticas parecen poseer una cierta forma de telepatía. Cuando están juntas y se separan, la información fluye entre ellas, independientemente de lo alejadas que estén y del lugar del espacio en donde se encuentren. Cuando una partícula cambia de posición o una de sus propiedades, la otra lo sabe instantáneamente.

¿Dónde está el límite entre lo grande y lo pequeño?, ¿dónde está la frontera cuántica?

–Nuevos experimentos están investigando dónde y por qué se pasa de un dominio a otro, del microscópico al macroscópico. De momento, la física cuántica solo se aplica al mundo de lo muy pequeño. Estamos creando el futuro en base a nuestra mente, que se está abriendo a nuevas formas de pensar, a posibilidades desconocidas.

¿Cómo puede cambiar nuestra experiencia humana?

–Enseña que hay otra realidad, otra forma de ver, de pensar. Aunque de momento la teoría cuántica no se ocupa del estudio de la mente humana, ni de otras áreas del conocimiento, ha cambiado nuestras creencias sobre lo que es real y, además, ha traído a la mente consciente lo que se llama el efecto observador. Es decir, la mente puede interaccionar con aquello en lo que se enfoca. Puedo ver de forma nueva, de manera que aceptando que mi mente puede afectar lo que me rodea, puedo cambiar mi realidad y entender la vida de otra manera.

¿Podemos una realidad que está en continuo movimiento?

–Eso que llamamos o percibimos como realidad es algo que está asociado al movimiento de todo lo que existe, tanto en lo muy grande como en lo muy pequeño, aunque no nos demos cuenta. Estamos viviendo una realidad en continuo intercambio y hay una interacción constante entre todas las cosas visibles e invisibles.

¿Qué es invisible a nuestros sentidos?

–La realidad está llena de cosas invisibles. Según la visión clásica, la radiación electromagnética es un campo eléctrico y magnético que se mueve por el espacio de manera continua. Pero también hay una radiación cósmica invisible que está continuamente llegando a la tierra desde distintas partes del universo. De hecho, por cada metro cuadrado de superficie, por cada segundo, hay al menos 200 partículas con carga eléctrica que nos están continuamente atravesando.

¿Qué sabemos de lo que existe?

–La ciencia estima que el 95% de lo que existe es desconocido. Es lo que en el mundo científico se llama energía y materia oscura. De hecho, la ciencia es un sistema de creencias en evolución continua basado en el método científico. Las preguntas son siempre las mismas, pero las respuestas cambian con el tiempo.

¿Somos energía?

–Nuestro cuerpo está continuamente absorbiendo y emitiendo energía, como ocurre con todos los objetos que, a una cierta temperatura, emiten un campo de radiación que aunque no vemos está ahí. Los pensamientos y las emociones son también energía, que ahora se miden y manipulan en los laboratorios.

¿Somos polvo de estrellas?

–Hay tantos átomos en una sola molécula de ADN como estrellas en una galaxia. Somos un pequeño universo, como dice el astrofísico americano Neil de Grasse Tyson. Cada uno de los átomos de nuestro cuerpo tiene billones de años de edad porque, excepto el hidrógeno y el helio, se formaron cuando murieron las estrellas supernovas. Y en esas explosiones se emitió al medio interestelar los núcleos de los átomos pesados que forman la materia actual. Podemos decir que llevamos la historia de todo el universo grabada en nuestro cuerpo.

¿Vivimos de forma inconsciente la realidad?

–El 95% de lo que hacemos cada día lo realizamos de forma inconsciente. En nuestra vida, lo que nos domina, lo que hace que vivamos nuestra realidad cotidiana es nuestro inconsciente, que es donde están grabados nuestros patrones de comportamiento. Solamente usamos la atención en las cosas que son realmente importantes, pero no estamos entrenados para darnos cuenta de lo que nos está pasando en cada momento.

¿La percepción es aprendida?

–Para entender esto, hay que saber que hasta los 6 o 7 años, los niños y niñas experimentan un mundo casi alucinatorio para los adultos, porque viven en ondas delta, theta, distintas a las ondas del estado de alerta del adulto. Su realidad no es la que percibimos nosotros de manera ordinaria. Hay que tener en cuenta que lo que ves depende no sólo de lo que miras, sino también desde dónde miras; luego, ¿qué es lo que entiendo por realidad?, ¿cuáles son mis pensamientos?, ¿cuál es mi sistema de creencias?. Así tengo que empezar a investigar, a reflexionar, para darme cuenta de quién soy, cómo actúo y cómo me siento para descubrir lo que entiendo por mi realidad.

¿Qué podemos hacer para ser más conscientes de nuestra realidad y tomar las riendas de nuestras vidas?

–La atención enfocada es el motor de mi realidad y puede gestionar mis energías, mis pensamientos, mis creencias y mis emociones. Lo puedo hacer si estoy atenta porque entonces puedo decidir lo que hago. Pero si nos seguimos dejando dirigir por el inconsciente, actuamos según el programa impreso con el que nos criaron y educaron.

Lo que percibimos como real, ¿es una alucinación?

–Para Anil Seth, profesor de neurociencia cognitiva y computacional de la Universidad de Sussex, lo que llamamos realidad son alucinaciones que asumimos como reales porque todas las personas tendemos a percibirlas de la misma manera. Se podría decir que la realidad es una alucinación colectiva en la que estamos de acuerdo, es una forma de interpretar lo que hay ahí afuera.

¿Podemos cambiar nuestras estructuras mentales?

–Podemos cambiarlas entrenando la atención y gestionando nuestras emociones desordenadas e inconscientes. La conciencia, estar atentas, es el mayor instrumento para el cambio interno y externo. Hay una ley inmutable, que es la del cambio constante, incesante. La pregunta que debemos hacernos es si seguimos aferrados al programa mental y emocional que nos insertaron. Se trata de darnos cuenta de cómo todo lo que me rodea me está influyendo para poder discernir lo que para mí es adecuado. Creemos que todo es blanco o negro y no es verdad. Todo es todo, blanco o negro, intermedio, etc. En realidad son posibilidades de cómo yo me siento y dónde enfoco mi atención.

¿Se trata, entonces, de abrir nuestra mente?

–Como dice el divulgador científico y físico teórico estadounidense, Michio Kaku, se trata de abrir la mente a lo imposible. Has de encontrar el lugar dentro de ti donde nada es imposible, porque dentro de nuestra mente existen todas las posibilidades de actuación, de comprensión. Se trata de entrar ahí, simplemente tomando conciencia a través de nuestra atención.

¿Mente y cerebro desempeñan funciones diferentes?

–La mente no está localizada en el cerebro, está dentro de mi cuerpo y en todo lo que me rodea. La mente es no local, tal y como nos descubre el mundo cuántico. Si la percepción es la tarea de tratar de descifrar lo que hay allí afuera en el mundo, el cerebro no tiene ningún acceso directo a ello porque está encapsulado por los huesos.

¿Puede explicarse el cerebro humano usando física cuántica?

–Muchas personas han intentado entender cómo funciona la mente en base a los conocimientos cuánticos. De hecho, hay una lista de más de 200 renombrados intelectuales, científicos o pensadores que tomaron en serio la posibilidad de la existencia de fenómenos psíquicos como la telequinesis, la visión remota, la bilocación, es decir, la interacción mente-materia. De hecho, el premio nobel de física Wolfgang Pauli y el psicoanalista Carl Jung hicieron un trabajo muy interesante sobre el mundo cuántico y la mente. Entre ambos se creó una extraordinaria relación intelectual en la que encontraron sorprendentes bases comunes entre la psicología profunda y la física cuántica, lo que influyó profundamente en el trabajo de cada uno de ellos.

¿La mente puede influir sobre la materia?, ¿la ciencia puede explicarlo?

–El Instituto de Ciencias Noéticas de Estados Unidos, dirigido por Dean Radin, ha publicado en revistas científicas cualificadas cómo la atención enfocada de una persona puede alterar el resultado de ciertos experimentos realizados con luz láser. Estos experimentos se han repetido muchas veces y de muchas formas, y los resultados sugieren que la conciencia, la atención, es un participante activo de la realidad.

¿Qué dice el mundo académico de todo esto?

–A la Academia no le interesa cómo la mente interacciona porque sigue en el pasado. Como descubrió Newton con la ley de la inercia, en esta realidad material donde vivimos todo se opone al cambio. Por fortuna cada vez hay más científicos y científicas que empiezan a tomar conciencia de esto, pero es un proceso lento.

La física cuántica promete importantes cambios tecnológicos, ¿qué podemos esperar?

–Se está invirtiendo mucho dinero en el desarrollo de ordenadores cuánticos. El objetivo final es impresionante, impensable de momento, como por ejemplo crear máquinas que contengan, de alguna manera, la conciencia de una persona, hacer bibliotecas de emociones, de pensamientos, etc. Los ordenadores cuánticos podrán conocer lo que el ser humano piensa e incluso manipular sus emociones. La biología y la medicina también están utilizando tecnología cuántica para avances hasta ahora increibles. Todavía ni siquiera podemos imaginar hacia dónde vamos.

¿La ética avanza en paralelo a los avances de la física cuántica?

–Desafortunadamente no, porque seguimos siendo zoquetes emocionales. La mente racional ni tiene ética ni deja de tenerla y lo único que le interesa es seguir avanzando, haciendo experimentos y descubriendo nuevos horizontes. Esta sociedad está dominada por el poder y el control y permanece desconectada de lo que somos: seres humanos que hemos venido a cooperar. El debate ético no existe ni en la sociedad, ni en la política, ni en ninguna parte.

Respira y sonríe es el mantra que repite en sus charlas de divulgación, ¿nos falta aire?

–Se nos olvida que somos seres sociales y hemos venido a experimentar emociones, a reactivar las conexiones con nuestros seres queridos, a experimentar el amor. Por eso le doy tanta importancia a reírnos y relajarnos porque la vida es nada y es todo y nuestra maravillosa experiencia humana es muy corta.



jueves, 13 de mayo de 2021

Cerebro de Boltzmann: ¿vivimos en una simulación?

Que esta frase sirva como punto de partida para una de las especulaciones de la Física más especulativas (valga la redundancia), pero también más espectaculares del mundo. Y es que en un tiempo infinito, todo aquello que pueda suceder, sucederá. Todo. Absolutamente todo.

Y por “todo” se incluye también que, en mitad del espacio, se forme un cerebro en cuyo interior hayan ilusiones de memorias y de sensaciones. Por “todo”, se incluye que tú seas un cerebro flotando en el espacio que se originó hace unos segundos (o años) y que todo lo que creas ver, recordar, experimentar y sentir sea una simulación.

No. No nos hemos vuelto locos. Y no. No estás en una página de ciencia ficción. Estás en una página de ciencia. Y lo que te acabamos de contar no solo es físicamente posible, sino que con los modelos actuales del Universo, es imposible desmentir que esto pueda suceder. Es más. Si el tiempo fuera infinito, sería imposible que estos cerebros cósmicos no se formaran.

Prepárate para que te estalle la cabeza, porque hoy hablaremos de los Cerebros de Boltzmann, unas entidades hipotéticas que podrían generarse por fluctuaciones cosmológicas en un Universo caótico y que abrirían la puerta (más bien, obligarían) a que toda tu vida fuera una simulación dentro de un cerebro que flota por el espacio. Y una vez más: no nos hemos vuelto locos. La ciencia es loca. Y lo vas a descubrir aquí y ahora.

El lado oscuro de la entropía: el caos del Universo

Antes de entrar en materia y hablar de simulaciones y cerebros que flotan por el espacio, tenemos que ponernos en contexto y entender el principio físico del que deriva esta alocada especulación. Y este principio tiene nombre y apellidos. Bueno, solo nombre: la entropía.

El principio de entropía o segunda ley de la termodinámica nos dice que la cantidad de entropía en el Universo tiende a incrementarse con el tiempo. Pero, ¿qué es la entropía? Es común oír la definición de que la entropía es sinónimo de desorden. Pero esto es sobresimplificar algo que, en realidad, es mucho más complejo.

Hay muchas definiciones distintas de entropía, pero todas giran alrededor de un concepto clave: la entropía es una magnitud (y no una fuerza, ahora lo veremos) que mide el modo en el que un sistema cerrado (aislado) evoluciona hacia el estado estadísticamente más probable. La entropía es una consecuencia de la probabilidad aplicada a la termodinámica. El sentido común aplicado al Universo.

El Universo tiende siempre al desorden y al caos no porque haya una fuerza que empuje hacia este mayor desorden, sino porque simplemente, el desorden es muchísimo más probable que el orden. El Universo tiende a lo más probable. Y como lo más probable es también lo más caótico, decimos (en realidad, de forma incorrecta), que el Universo tiende al desorden.

La entropía es una consecuencia de dos factores que se dan en el Universo: muchísimas (trillones) partículas formando un mismo sistema y aleatoriedad dentro del mismo. El sistema, pues, evoluciona hacia el estado que surge tras la combinatoria más posible.

Que un gas ocupe todo el recipiente en el que se encuentra (como por ejemplo una habitación) y que este esté en un estado de desorden no es una consecuencia de que haya una fuerza que específicamente lo conduzca a hacerlo, sino de la probabilidad.

Hay millones de millones de millones de conformaciones microscópicas de las moléculas del gas que llevan a que, a nivel macroscópico, veamos el gas ocupando toda la habitación; mientras que el hecho de que se acumulen en una esquina responde a muy pocas conformaciones microscópicas.

Es tan infinitamente improbable que, de repente, las moléculas de gas se vayan a una esquina, que no hay tiempo en el Universo para que eso ocurra. Pero, técnicamente, podría pasar. No hay ninguna ley que lo impida. Recuerda que la entropía no es una ley física. Es una ley estadística. Habla de probabilidades.

Y en aunque en un tiempo limitado, no sucederá ese estado de mayor orden (tampoco hay una ley física que impida que en medio de un lago se forme, sin que haga frío, un cubito de hielo por simple combinatoria de las moléculas de agua), la entropía puede quebrarse cuando este tiempo tiende al infinito.

Como hemos dicho al principio, dado el suficiente tiempo, todo aquello no imposible sucederá. Y como la entropía no es una ley ni una fuerza, sino una consecuencia de la probabilidad, pueden pasar cosas muy extrañas. Que te ahogues en una habitación porque todo el aire se va a una esquina e, incluso, que un cerebro emerja en medio del espacio. Pero no nos adelantemos.


Entropía caos

Ludwig Boltzmann y la paradoja de la entropía

Como acabamos de ver, que trillones de moléculas se junten, pasando del desorden al orden, para formar una estructura no es físicamente imposible. Es altamente improbable. Increíblemente improbable. Sí. Pero no imposible. Y en un tiempo suficientemente grande, todo aquello no imposible sucederá, recuerda.

Y es el momento de hablar de Ludwig Boltzmann, físico austriaco y padre de la conocida como mecánica estadística que, a finales del siglo XIX, hizo muy importantes aportaciones a la física, especialmente en lo que a la segunda ley de la termodinámica se refiere. Sin ir más lejos, ideó la conocida como constante de Boltzmann, un concepto clave para el cálculo matemático de la entropía.

Por desgracia, Boltzmann se suicidó en septiembre de 2006 y, aunque las causas de ello nunca estuvieron claras, se cree que fue debido al poco reconocimiento académico que sus innovadoras ideas tuvieron. Boltzmann fue un incomprendido que, en parte, fue ridiculizado por la comunidad científica.

Pero, ¿cuáles fueron estas ideas? Nos tenemos que ir al contexto de mediados y finales del siglo XIX. La Teoría del Big Bang ni siquiera era imaginable, por lo que los físicos todavía estaban intentando comprender el origen de nuestro Universo. Y uno de los que se aventuró a dar una visión sobre ello fue Ludgwig Boltzmann, quien, a través de su profundo conocimiento de la termodinámica (y especialmente de la estadística), dio una hipótesis sobre el nacimiento del Universo.

Boltzmann sabía que el Universo tenía que tender al desorden (ya hemos explicado los matices de esto), pues así lo indicaba la entropía. Pero, entonces, ¿por qué nuestro Universo estaba tan bien ordenado en galaxias, estrellas y planetas? Boltzmann consideró que nuestro Universo era excesivamente ordenado. Tenía que ser más caótico.

En este contexto, Boltzmann comunicó a la comunidad científica que el Universo era menos caótico de lo que predecía la segunda ley de la termodinámica que tan bien conocía. Y la conocía tan bien que incluso sabía que, si bien en un tiempo limitado, nunca veremos cómo este principio de entropía se rompe; dado un tiempo ilimitado, sí que puede hacerlo.

Y es aquí donde, como y cuando introduce su teoría sobre el origen de nuestro Cosmos. Boltzmann ideó la hipótesis de que nuestro Universo observable era un estado de excepción aleatoriamente ordenado dentro de un Metauniverso realmente caótico que, en un tiempo infinito, se reunieron las probabilidades para que surgiera una fluctuación menos desordenada: nuestro Universo.

Es decir, según Boltzmann, nuestro Universo procedería de un punto en el tiempo en el que, por haber dado el tiempo suficiente, se quebró la entropía dentro de un Universo mucho más grande y caótico que el nuestro. Nuestro Cosmos sería un estado de excepción (infinitamente improbable pero no imposible) dentro de un sistema verdaderamente caótico: un Universo madre.


Ludwig Boltzmann
Ludwig Boltzmann (1844 - 1906), físico austríaco pionero de la mecánica estadística.

Y, pese a que los modelos actuales (básicamente, por lo que sabemos del Big Bang y de la inflación del Universo) nos digan que esto es imposible, la comunidad científica ridiculizó a Boltzmann, algo que, seguramente, hizo que decidiera quitarse la vida con 62 años en Duino, Italia.

Aun así, dentro de este contexto que muestra el lado más oscuro de la ciencia, sucedió algo que abriría la puerta a una de las más espectaculares especulaciones de la historia de la física y, seguramente, de la ciencia.

Arthur Stanley Eddington, astrofísico británico de la primera mitad del siglo XX especialmente conocido por sus trabajos de la teoría de la relatividad, en un intento por mostrar el lado más cómico (seguramente, sin malas intenciones) de la hipótesis de Boltzmann sobre el origen del Universo, encontró el lado más perverso y alocado de su teoría.

Eddington, dijo: “claro, y si en lugar de que se formara un Universo de la nada, ¿no se formara un cerebro que flota por el espacio?”. En este intento de ridiculizar el trabajo del ya fallecido Boltzmann, hizo que aflorara una nueva teoría que sigue pisando fuerte a día de hoy: los cerebros de Boltzmann. Y ahora, sí que sí, prepárate para que tu cerebro estalle. Nunca mejor dicho

Los cerebros de Boltzmann: ¿somos una simulación? ¿Existe Dios?

De acuerdo. Quizás la idea de que todo el Universo observable, con sus 93.000 millones de años luz de diámetro y sus 2 millones de millones de galaxias, surgiera como un estado de fluctuación dentro de un Cosmos muchísimo mayor y más caótico es demasiado. Pero, ¿y si lo que surgiera de esta fluctuación no fuera un Universo, sino un cerebro?

Sigue siendo una locura, sí. Pero no podemos negar que, dentro de la casi imposibilidad, que de un estado de caos surja un cerebro es menos imposible que que surja un Universo. Al menos hasta aquí estamos de acuerdo, ¿no?

Y ya hemos dicho que dado el tiempo suficiente, todo aquello no imposible no es que pueda suceder, sino que sucederá. En un tiempo infinito, todo aquello estadísticamente posible (por muy casi imposible que sea) sucederá.

Y es estadísticamente posible que las moléculas de hidrógeno, carbono, silicio, oxígeno, etc, presentes en una nebulosa en medio del espacio adquieran justo la conformación exacta para crear un cerebro. Que no. No insistas. No es imposible. Es “imposible” dentro de nuestra concepción de tiempo. Pero no hay ninguna ley física que impida que un conjunto de moléculas adquieran justo una conformación X.

Y un cerebro es, al final, una simple configuración de moléculas y átomos. Es posible, pues, que dado el tiempo suficiente, surja un cerebro en medio del espacio. Sí. La probabilidad es bajísima. Se habla de que la probabilidad (que es imposible de calcular) de que emerja, por una rotura de la entropía en una porción del espacio y por la combinación justa de moléculas, un cerebro, sería de 10 elevado a 10 elevado a 69. Es un número tan grande que es inimaginable.

Pero es que si hay suficiente tiempo, no es imposible que surja un cerebro en medio del espacio. Es más, si el Universo y el tiempo es infinito, lo que es imposible es que no surja este cerebro. De hecho, con tiempo infinito, es imposible que en medio del espacio, por combinación al azar de moléculas, no surja un plato de macarrones. Así es la física.

Y esta entidad que se ha formado como una fluctuación dentro de un estado caótico del Universo es lo que se conoce como cerebro de Boltzmann. Y si el hecho de que la segunda ley de la termodinámica permita (y obligue, si el tiempo es infinito) que, en medio del espacio, aparezca un cerebro por arte de magia, espera. Hay más.

Y es que según esta teoría, tú serías un cerebro de Boltzmann. Sí. Como lo oyes. Tú serías un cerebro flotando en medio del espacio que ha surgido en algún momento desde el inicio del Universo hasta hace una milésima de segundo. Sí. Podrías haber nacido hace un segundo. O estar naciendo ahora. O… ¡Ahora!

Al final, todo lo que somos, sentimos y percibimos está en nuestro cerebro. No podemos estar seguros de que aquello que nos rodea sea realmente real (valga la redundancia), pues todo tiene su origen en las conexiones neuronales. Desde sentir el olor de una flor hasta recordar memorias. Todo está en el cerebro.

Y si todo es, al final, una ilusión o una interpretación del cerebro y la física permite que los cerebros de Boltzmann existan, dime tú por qué no podrías ser un cerebro flotando por el espacio con una falsa ilusión de memorias y de sensaciones.


Boltzmann cerebro

Tú podrías ser un cerebro de Boltzmann en el que los átomos, moléculas, proteínas, hormonas, neuronas y neurotransmisores se han ensamblado como una fluctuación casi imposible dentro del Universo que te hace tener recuerdos y sensaciones que solo son reales dentro de este cerebro que vaga por el espacio.

Todo lo que recuerdas podría no haber pasado nunca. Todas aquellas personas a las que conoces podrían ser solo imágenes creadas por el cerebro. Todo el Universo que te rodea podría ser solo una proyección dentro del cerebro de Boltzmann. Tú serías solo un ente que flota por el espacio en cuyo interior se generan unos falsos recuerdos y sensaciones que, al final, es lo que nos hace estar (o sentirnos) vivos.

Todo lo que consideras como tu vida sería una simulación que, cuidado, no ha creado nadie. Una simulación creada por una rotura del principio de entropía que ha hecho que surja un cerebro en medio del espacio. Entonces, existiría Dios. Serías tú. Tú, como cerebro de Boltzmann, serías el Dios del Universo que se está simulando en tu interior.

Recuerda, en un tiempo infinito, todo aquello que no sea imposible sucederá. Y esto no es imposible. Es casi imposible. Pero este “casi” obliga a que, en un marco de tiempo infinito, sea imposible que no haya cerebros de Boltzmann. ¿Y si fueras uno? ¿Y si yo, que estoy escribiendo esto, no existiera o fuera solo una proyección de tu cerebro?

Lo único que sé es que yo existo. Así que soy mi cerebro de Boltzmann. Aunque, claro, podría ser solo una proyección intentando convencerte a ti de que lo soy, cuando, en realidad, el Dios eres tú. Estadísticamente hablando, podríamos ser un cerebro de Boltzmann. Aun así, los científicos creen (esperan) que hay algo en el Universo que impide que esto suceda. Porque, de ser así, la existencia humana sería algo aterrador. Sean Carroll, físico y cosmólogo estadounidense, en un artículo que te dejamos en la sección de referencias, explica por qué estos cerebros no pueden existir.

Seguramente, los cerebros de Boltzmann sean simplemente una paradoja. Pero si la entropía puede romperse (y parece que no haya nada que lo impida), dado el suficiente tiempo, los cerebros de Boltzmann podrían (deberían) existir. Sin duda, algo en lo que pensar cuando vayas a dormir.

Micropensamiento. Las mentiras y yo

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