sábado, 10 de noviembre de 2018

Momentos de la vida cotidiana, Leon Aguayo, el poeta de Las Cruces

Poeta Aguayo, mi poeta, mi gran amigo, me he emocionado al leer tus palabras y ver tu imagen sin esperarlo, a la distancia de un océano sin distancia. Cuánto echo de menos esas largas charlas acompañadas de ricas copas de vino!. Mano a mano degollabas mis preguntas dándoles forma, haciendo mucho más apacible mi camino y guiándome hacía ese misterioso mundo que se posó ante mis pies y  cambió radicalmente mi vida.
Me enseñaste a ver la poesía y sentirla desde el corazón, sin pies, sin cabeza, sin sentido, sin rumbo, con fuertes olores a mostalgia, con aromas de amor hacia lo más diminuto del universo. Un día podías sentir en verde, otro en azul, en rojo, en blanco y negro.
Aprendí tanto de ti, de esa humildad que te caracteriza, de esa soledad embaucadora en la que nunca estaba sola.
Gracias mi amigo por acogerme en tu humilde refugio en momentos cruentos y arroparme con tu calidez, gracias por tu paciencia, gracias por regalarme tu sabiduría.
Algún día volveré a llamar a tu puerta, entraré sigilosa y me sentaré en aquel rincón rodeado de ventanales y danzaremos al son de la nada.
Hoy has sido tu mi momento de la vida cotidiana, mi amigo Leon el poeta de Las Cruces

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