Hace aproximadamente dos años estaba paseando sin sentido por las calles de Buenos Aires y rogaba encontrar a aquella persona que apareció de repente en mi vida y la hicieron desaparecer de la misma amanera.
Caminaba buscando respuestas, intentando entender los porques de aquellas personas que carecen de sentimientos y la maldad corre por sus venas.
Rogaba despertarme y conocer las paredes, rogaba no volver a sentir miedo, rogaba poder volver a confiar en el ser humano, ansiaba miradas limpias donde poder descansar tanto dolor pero nada de eso se daba.
Sufría en cada paso y la existencia y el tiempo dejaron de tener forma y me volví autómata, vacía, fría...
Hace ya dos años y nada ha cambiado, los desaparecidos siguen perdiéndose en las sombras de los que intentamos darles vida. Dos años y el dolor persiste en mi alma, dos años y no he conseguido dar un sentido a mi vida, porque han pasado dos años y los muertos se han multiplicado.
¿Hasta cuándo?
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