“He decidido que no quiero ser salvada por nadie, me salvaré yo misma. Seré mi propia musa y mi propio poeta. Me sacaré a pasear y me llevaré por tragos, me invitaré a bailar y me haré reír como nunca, luego caminaré mirando la luna en silencio y lo romperé solo para decirme que estoy preciosa, incluso mucho más que ella. Llegaré a casa y me haré el amor como nadie más podría hacermelo, al terminar me diré lo mucho que me quiero y no volveré a llamarme a la mañana siguiente porque me quedaré en mí, esta vez no saldré huyendo… Me levantaré temprano, me haré el desayuno, me lo llevaré a la cama y luego me escribiré un poema que hablará de lo abstracto —y bello— que es mi cuerpo, del embrujo que guarda mi mirada, del laberinto que esconden mis labios y de la magia que flota en cualquier espacio cuando yo estoy cerca; así hasta sanarme.”
Karina Montero