Hace ya mucho tiempo desde que me despertaba la trompeta de los militares con "...quinto levanta tira de la manta"... a las 4.30 de la mañana, hace un millar de años desde que me levantaba temprano y antes de ir a clase me iba a correr con Eva y con esa "racua" de uniformados... y conseguí subir el Monte San Cristóbal sin darme cuenta. Parece que hace una eternidad desde que tuve el accidente y salí con Blanca a disfrutar unos gratos San Fermines andando como una muñequita de porcelana.
Un sin fin de tiempo desde que salí de mi cárcel, me puse las botas y caminé por el mundo vagabunda, sin rumbo esperando que unos ojos me miraran y me ofrecieran un lugar donde cobijarme.
... Miles de ojos se cruzaron en el camino, pero muy pocos se han quedado en mi corazón.
Gracias a esos ojitos que me han dado cobijo, me han dado una nueva oportunidad de vivir.
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