Colonia Dignidad
Hoy quiero pedir perdón a aquellos que no puede ayudar en su momento, ningún ser humano se merece tal vejación, ningún ser humano se merece tanto dolor, ningún ser humano se merece esa soledad impuesta, por esa razón me sigo sintiendo culpable por no haber podido hacer lo suficiente por las personas que hoy en día todavía se encuentran sometidas a las atrocidades de Colonia Dignidad. Lo pude comprobar con mis propios ojos, en mi día a día los experimentos atroces, la manipulación y control sobre las víctimas. El acoso hacia mi persona comenzó a crecer el día en que me enfrenté, a la que ahora se hace llamar Jefa, cuando empecé a ser consciente de lo que pasaba a mi alrededor, cuando descubrí quienes eran esos personajes siniestros.
Los experimentos con personas en Colonia Dignidad se siguen practicando, siguen utilizando el gas sarín, siguen practicando electro shocks, y siguen, y siguen y siguen haciendo sufrir a pequeños inocentes.
Pediría humildemente que no se detengan las investigaciones y que una vez por todas los culpables dejen de caminar por las calles impunemente.
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