martes, 1 de enero de 2019

Gracias

Si hay algo que con los años se va haciendo más aspero, triste y abrumador son las despedidas. 
He vivido durante toda mi vida con "ellas" en las espaldas y nunca hasta ahora se habían convertido en llanto,  tal vez se deba al acercamiento y entendimiento de mi persona, quizás sea el poder de la empatía desarrollada a través del cumplimiento imparable de los años, o puede ser mi propia elección personal para descubrir al "otro". 
Sólo se,  que nuevamente me encuentro en momento despedida,  de avión en avión, de bus en bus para enfrentarme a nuevos reencuentros, porque la ardua tristeza de las despedidas trae eso,  alegres y prosperos reencuentros con amigxs del pasado,  con lugares de la infancia,  con ilusiones y sueños creados al azar en una de las tantas probabilidades que nos regala la vida al través de su mágica alquimia. 
Momento de dar las gracias sin hacer caer en el aburrimiento y monotonía de las palabras enlazadas para poder dar un sentido a mi entendimiento,  sensaciones y emociones. 
Despedidas y agradecimientos son un unísono que camina en la misma dirección buscando un único fin, enraizar y tejer todo lo aprendido de cada una de esas personas que han hecho que tal azaña sea posible, porque al final del camino lo que queda en la memoria, no son los lugares descibiertos, son las amistades incansables en el tiempo. 
El año recien pasado me dio la posibilidad de vivir de nuevo, de sentirme hija de la tierra, de mirar el  horizonte y poder abrazar el inmenso e infinito universo,  regalo inesperado de una persona enconteada al azar,  en la cual deposite mi última esperanza de creer en el ser humano. Es por lo que doy las gracias cada mañana al levantarme y cada noche al ponerse el sol. 
La vida y la libertad son bienes que en nuestro día a día no apreciamos pero nos aferramos a ellos de forma casi enfermante cuando nos privan de sus maravillosos encantos. 
Gracias a cada una de las personas que quiso caminar a mi lado y hacer realidad los sueños de "los sin nombre". 
Gracias, gracias, gracias por no haber roto el único lazo que me unía a la realizad
Gracias.

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