Hoy he decidido desnudarme un poquito ante vosotrxs, así sin pensar, tal vez me esconda en la percepción de la palabra, pero no lo creo, ya que el anonimato para muchxs acerca de mi persona es mucho más grande que lo que puede escupir mi boca.
Gran parte de mi vida he estado buscando, he estado intentando encajar con todo aquello que me rodeaba sin mucho éxito y esa situación de desasosiego me llevó a empezar a viajar como una necesidad imperiosa para dejar tranquila mi alma. Al principio lo hacía por periodos cortos de tiempo, Norte de África, Marruecos, Argelia, Tunez, Sudamérica Brasil, Caribe Cuba... buscaba algo muy sencillo, simplemente necesitaba una mirada que me dijera que todo estaba bien, que la vida es como es, que el ser humano no está dispuesto a dar de si para que el "otro" sea feliz, que la respuesta no estaba ahí afuera sino muy dentro de mí, pero nada especial sucedía.
Sin darme cuenta empecé a convertirme en vagabunda de la vida, viajaba, cambiaba de país como de chaqueta, Bangladesh, Mali, Laos, China, Pakistan, Afganistan, R.D.Congo... nunca disponía de grandes cantidades de dinero, trabajaba de forma esporádica para poder mantenerme, no tenía pertenencias materiales excepto una mochila medio vacía, un puñado de libros y una cámara fotográfica, que me acompañaban incesantes y me distraían en los momentos más crudos de mi soledad.
En todos estos inciertos, el amor varias veces cambió mi dirección, le dí la oportunidad de instalarse en mi, así de lleno, sin tapujos, pero desgraciadamente era como mi vida o quizás mucho más ambiguo todavía, me descolocaba, me hacía sentir extremadamente bien y extremadamente mal y sin querer ese poder del cambio volvía a mi haciéndome sentir culpable en las despedidas, porque el dolor ajeno siempre me ha producido desazón y más si era yo quien lo ocasionaba.
Me instalé en un pueblo pequeño de la V Región de Chile, cerca del mar, un lugar tranquilo y silencioso y decidí que todo aquello que había aprendido lo compartiría con quien no tenía la oportunidad, decidí comenzar a ser la voz de aquellxs que no podían tenerla lxs niñxs.
Ese darme me llevó al límite, ese darme me puso en muy malas manos, ese darme me causó tanto dolor, ese darme me quitó lo poco que había construido y me desterró a los confines de la Cordillera.
Allá entre Alerces milenarios, Arayanes, Canelos, Latubes, allá en el silencio inmenso de la naturaleza, entre el poderoso mar y el río tranquilo volví a construir esa mirada, tomé fuerzas para dirigirme al lugar que me había visto nacer.... y allá en mi ciudad, esa a la que tanto odié y tan poco entendí te encontré. Esa era la mirada, eso era lo que había estado buscando vagabunda toda mi vida.
Aunque me desterraste nuevamenteen la soledad me regalaste esperanza
GRACIAS
No hay comentarios:
Publicar un comentario