las piernas
cómo sabedoras de "las no dichas"
se arquean y flaquean dejando pasar el aire espeso entre sus curvas.
Se aferran a la tierra y miran al universo como si sus inmensidades tuvieran respuesta
Pero
las piernas
en las desgracias
flaquean en movimiento irregular alejándose del cuerpo incierto que las sujeta.
No encuentran palabras que apaciguen tal disonancia entre
la tierra
el cielo
y el cuerpo
Por eso
las piernas
en las desgracias
dibujan un posible encuentro.
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