Al igual que los olímpicos, son cinco los sistemas de anillos planetarios que conocemos hasta el momento en nuestro sistema solar. Los de Saturno son los más visibles y llamativos, pero ya no son los únicos, tras la cadena de descubrimientos de las últimas cuatro décadas. El 10 de marzo de 1977 detectamos los de Urano, que con 13 anillos es el planeta que más posee. Dos años más tarde, en 1979, pudimos divisar los que rodean al gigante gaseoso Júpiter. Después encontramos los del azul Neptuno, en 1989; y ya en 2013, supimos que el planetoide Chariklo, entre Saturno y Urano, presentaba un anillo doble. ¿Esconderá más aros nuestro sistema solar?
LAS “ASAS” DE SATURNO QUE VIO GALILEO
El primero en ver los anillos de Saturno fue Galileo Galilei en 1610. Para su sorpresa, aquella estrella errante mostraba una especie de “asas o brazos”, que no logró ver con claridad debido a sus rudimentarios telescopios. Casi 50 años más tarde, el holandés Christiaan Huygenscomprobó que aquellas “asas” de Saturno eran un anillo. Desde entonces, se sucedieron las descripciones de aquel misterioso aro, aunque nadie sabía de qué estaban compuestos.
Gracias a las imágenes enviadas por las sondas espaciales gemelasVoyager 1 y 2 a comienzos de la década de los 80, descubrimos que los cuatro anillos de Saturno estaban formados en más de un 90% por pequeñas partículas de hielo. La teoría más aceptada para explicar la formación de estas estructurasafirma que durante el nacimiento del sistema solar, hace 4.600 millones de años, un satélite se hundió en Saturno. El sistema de anillos es lo que quedó tras aquella gigantesca colisión de este planeta con una luna de hielo de núcleo rocoso.
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