martes, 10 de septiembre de 2019
A PROPÓSITO DE LAS FIESTAS PATRIAS
Hoy ha sido un duro día de enfrentamientos interiores, de enfrentamientos con el pasado, de conversaciones con fantasmas, de paseos sin rumbo por mis rincones. No me podía ni siquiera imaginar llorar de forma tan amarga y desconsolada, sola, lejos de cualquier entendimiento humano, lejos de mi propio entendimiento.
De fondo suenan cuencas chilenas, las banderas se contornean con el viento, a la gente la siento alegre, orgullosos de ser chilenos y poder celebrar sus fiestas patrias, porque el chileno, es patriota sin importar color político derecha, socialista, comunista, el chileno es patriota aunque se deje pasar a llevar en cada minuto, aunque no sepa el significado de los Derechos Humanos, desapariciones en democracia, torturas, abuso infantil, violencia de género, aunque acepte las terribles desigualdades sociales, la pobreza, la delincuencia, el odio de unos hacia otros. Si pucha, si, el chileno es patriota, cachai, hasta la médula y compra carne, papas, cilantro, tomate, arroz, chicha, pico sour para preparar un rico asado como si nada más pasara en su país, porque tiene que lidiar cada día con una tensión social impuesta al inerte, una lucha con el dolor de un pasado que todavía sangra, el chileno es patriota pero por obligación, por obligación chilla su himno nacional, por obligación alza su bandera, por obligación se contonea al son de la música esperando a que no se abran viejas heridas y nuevamente crezca el odio, las muertes, las inseguridades, pero pucha si nada ha cambiado!!!, el chileno es patriota por conformismo poh.
Por obligación, por conformismo, el chileno es patriota, sólo y llanamente por obligación o por conformismo, esa obligación y ese conformismo ha atrapado y ensombrecido a mi corazón en un país absolutamente inmaduro, en un país en vías de extinción, muerto en vida, con muchas esperanzas pero pocas ganas de luchar.
Ese es el Chile con el que hoy me he encontrado.
domingo, 8 de septiembre de 2019
Cuando... Pensamiento, micromomento
... Cuando de repente abres los ojos y te das cuenta que todxs a tu alrededor están muertos...
sábado, 7 de septiembre de 2019
Película Un don excepcional (2017)
Película Un don excepcional (2017)
Simplemente... no dejéis de verla
https://www.pelisplus.to/pelicula/un-don-excepcional
viernes, 6 de septiembre de 2019
Mediocridades
Subrealista esta sociedad hipócrita e infantilizada.
miércoles, 4 de septiembre de 2019
La sociedad del sándwich mixto: por qué los mediocres dominan el mundo
La sociedad del sándwich mixto: por qué los mediocres dominan el mundo
A nadie le ofende un sándwich mixto, pero difícilmente alguien lo elegiría para su última cena. Es la metáfora ideal de un mundo en el que lo mediocre, lo que no destaca por ser ni demasiado malo ni demasiado brillante, está acaparando el poder.

RODRIGO TERRASA | MADRID
04/09/2019 10:09
Piense en un helado de vainilla. No, mejor aún, piense en un sándwich mixto. Aquí tiene una foto para inspirarse. Visualice el mejor sándwich mixto posible, con su jamón caliente, su queso fundido, su pan tostado... ¿Es la mejor comida del mundo? Desde luego que no. ¿Es la peor? Seguro que tampoco. A nadie le disgusta un sándwich mixto pero difícilmente alguien lo elegiría para el menú de su boda o como última cena en el corredor de la muerte. No es un plato brillante, pero para salir del paso nunca está mal; cumple su función. «Perdone, la cocina ya ha cerrado, pero si quiere le podemos hacer un sándwich mixto».
Podríamos decir que el sándwich mixto es un plato sencillamente mediocre. No malo, ojo, me-dio-cre. Es decir, «de calidad media», según estricta definición de la RAE. «De poco mérito». Vamos, del montón.
Ahora olvide el sándwich y mire hacia el despacho de su jefe. Ahí lo tiene. Piense en el profesor de sus hijos o ponga un rato las noticias y fíjese en nuestros políticos. Incluso en la última película de moda o el disco más vendido. El último best seller... ¿No me diga que no le sabe todo a jamón y queso? Bienvenidos a la dictadura de lo mediocre.
«Vivimos un orden en el que la media ha dejado de ser una síntesis abstracta que nos permite entender el estado de las cosas y ha pasado a ser el estándar impuesto que estamos obligados a acatar», denuncia Alain Deneault, filósofo y profesor de Sociología en la Universidad de Québec y autor de Mediocracia, cuando los mediocres llegan al poder(Ed. Turner), un ensayo que llega hoy a España y que analiza cómo las mediocres aspiraciones que invaden la sociedad están provocando ciudadanos cada vez más idiotas. Condenados -diríamos- a desayunar, comer y cenar un sándwich mixto. «La mediocracia nos anima de todas las maneras posibles a amodorrarnos antes que a pensar, a ver como inevitable lo que resulta inaceptable y como necesario lo repugnante».
La mediocracia nos anima a amodorrarnos antes que a pensar, a ver como inevitable lo que resulta inaceptable y como necesario lo repugnante
ALAIN DENEAULT
Veamos un ejemplo práctico que pone Deneault para entender el juego perverso del que habla en su libro. El sistema no quiere a un maestro que no sepa ni usar la fotocopiadora, pero menos aún aceptará a un maestro que cuestione el programa educativo tratando de mejorar la media. Tampoco admitirá al empleado de una empresa que intente mostrar una pizca de moralidad en una compañía sometida a la presión de sus accionistas. Traslade el modelo a cualquier otra profesión y encontrará un panorama con profesores universitarios que en lugar de investigar rellenan formularios, periodistas que ocultan grandes escándalos para generar clics con noticias de consumo rápido, artistas tan revolucionarios como subvencionados y políticos de extremo centro. Ni rastro del orgullo por el trabajo bien hecho. «Por oportunismo o por temor a represalias estructurales, es difícil resistir la presión de la mediocridad», lamenta el filósofo canadiense.
Todo se rige hoy bajo el conocido como Principio de Peter, una teoría formulada por el pedagogo Laurence J. Peter y el dramaturgo Raymond Hull (también canadienses) que establece que, en las jerarquías modernas, todos los trabajadores medianamente competentes -ni los más brillantes ni los que no son unos completos inútiles- son ascendidos en su empresa hasta que alcanzan un puesto para el que ya no están capacitados.

«Nuestros sistemas masivos de calificación, de evaluación y de indicadores están pensados para gestionar la media. Y la verdad es que lo hacen bastante bien», defiende Daniel Innerarity, catedrático de Filosofía Política y Social en la Universidad del País Vasco. «La parte mala es que también castigan la disonancia, lo disruptivo. Lo que nos suena extraño tendemos a calificarlo como malo. La única manera de combatir ese sesgo es tener un sistema en paralelo para concederse una cierta excepcionalidad porque el sistema, por nuestro comportamiento gregario y por la igualdad democrática, tiende a premiar la conducta adaptativa. Quien quiera evitar ese sesgo lo que debe hacer es procurarse la compañía de alguien que le diga la verdad a la cara, que no le haga la pelota como hacen los asesores de hoy en día, sino que le diga alguna vez que está haciendo el ridículo, como hacían los bufones del Rey».
El origen de esta mediocracia se remonta, según el relato de Alain Denault, al siglo XIX, «cuando los oficios se transformaron gradualmente en empleos», se estandarizó el trabajo y los profesionales se convirtieron en «recursos humanos», formateados, clasificados y empaquetados como gerentes, socios, emprendedores, autónomos, asociados... Con una eficacia a gran escala que, para Denault, no tiene comparación en la Historia. Tenemos a gente que produce alimentos en cadenas de montaje sin saber cocinar ni un sándwich de jamón y queso, que te dan la turra por teléfono con estimulantes tarifas que ni ellos mismos entienden, que venden libros que jamás leerían. Que trabajan como la media porque el trabajo no es para ellos más que (valga la redundancia) un mediocre medio de supervivencia.
Uno puede ser un mediocre muy competente, es decir, aplicado y servil pero sin convicciones. En ese caso, el futuro es suyo
ALAIN DENEAULT
«Generamos una especie de promedio estandarizado, requerido para organizar el trabajo a gran escala en el modelo alienante que conocemos hoy», explica el autor. «Los mediocres se organizarán para adularse unos a otros, se asegurarán de devolverse los favores e irán cimentando el poder de un clan que irá creciendo atrayendo a sus semejantes», sostiene. «Es un círculo vicioso».
- ¿Es más peligroso un profesional mediocre que uno directamente malo?
- Para el poder, no. Mediocridad no es sinónimo de incompetencia. Los poderes establecidos no quieren perfectos incompetentes, trabajadores que no cumplan su horario o que no obedezcan órdenes. En realidad cuesta ser mediocre. Uno puede ser un mediocre muy competente, es decir, aplicado, servil y libre de todas las convicciones y pasiones propias. En ese caso, el futuro es suyo porque las instituciones de poder son reacias a codearse con personas comprometidas política y moralmente o que sean originales en sus pensamientos y métodos.
- ¿Somos más mediocres que antes?
- No vamos a inventar un mediocrómetro para estudiar el grado de mediocridad de las personas, pero sí podemos establecer una evolución de los términos mediocridad y mediocracia en el curso de la modernidad. Inicialmente, era una expresión desdeñosa utilizada por las élites para denunciar el reclamo de las nacientes clases medias que querían probar la ciencia, el arte o la política. Por el contrario, la mediocridad en nuestro tiempo ya no es deplorada, sino promovida. Se ha convertido en un sistema.

En lo más alto de ese régimen mediócrata, encontramos a nuestros políticos. Se habrá cansado de oír lo mediocres que son y seguramente creerá que los de hoy son peores que los de antes y los nuestros peores que los del país vecino. Si le sirve de consuelo, Alain Denault sostiene que la mediocridad está en la naturaleza de casi todos los políticos actuales y el régimen que dibuja su ensayo se sostiene sobre esa nueva política convertida en una «cultura de gestión», en la que nuestros dirigentes se limitan a manejar los problemas de ayer y en la que se desprecia cualquier pensamiento crítico o cualquier reflexión a largo plazo, porque sólo se autoriza lo normativo, la reproducción, las afirmaciones mecánicas de lo evidente.
«Este es -subraya Denault- el orden político del extremo centro». Y no hablamos del centro demoscópico, allí donde dicen los politólogos que se ganan las elecciones, sino directamente de una propuesta para suprimir el debate entre izquierda y derecha y sustituirlo por palabras vacías. «Se han impuesto en el lenguaje las barbaridades de las organizaciones privadas: aceptación social en lugar de democracia, partes interesadas en lugar de ciudadanos, sociedad civil en lugar de personas, consenso en lugar de debate, competitividad en lugar de ayuda mutua... Se nos dice, paradójicamente, que depende de nosotros salir del desempleo, hacernos atractivos para el mercado laboral, ser activos en Facebook, emprender... Casi todo conspira para hacernos fracasar, para que parezca una vergüenza personal lo que es sólo la ira política dirigida contra un individuo a quien se ha enseñado a restringir su conciencia. No hay nada más extremo que el extremo centro», sentencia el autor de Mediocracia.
Volvemos a España para averiguar dónde quedó nuestro extremo centro. «Hay gente que ha confundido el centro con la centralidad», comparte Daniel Innerarity. «El centro puede ser una combinación ideológica de valores de izquierda y derecha o puede ser también una combinación singular de pereza intelectual y oportunismo».
Hace tiempo que dejaron de estar los más listos en el Gobierno pero no porque los gobernantes sean más tontos, sino porque los demás somos ahora más listos
DANIEL INNERARITY
¿Son peores que nunca nuestros políticos? «No, el problema es que a los políticos mediocres de ahora los tenemos más presentes», dice el filósofo español. «Tendemos a idealizar a los líderes de la Transición, por ejemplo, porque nos acordamos de los buenos pero nos olvidamos de la cantidad de basura que había entonces. Hace mucho tiempo que dejaron de estar los más listos en el Gobierno pero no porque los gobernantes se hayan hecho más tontos, sino porque los demás somos ahora más listos. Antes eran más brillantes por comparación con la media. Hoy los políticos destacan menos no porque sean más mediocres sino porque se ha reducido la distancia entre el que lidera y los liderados».
-¿Cuál es entonces la solución contra la mediocracia?
-La democracia es un sistema de gobierno para la gente media, así que la solución es elevar esa media, que haya más cultura de formación. No se trata de mejorar el proceso de selección de líderes. Nos obsesionamos con los líderes o con su ejemplaridad, cosas de ese tipo que subrayan las cualidades individuales de las personas, cuando lo que hay que trabajar es la inteligencia colectiva de la sociedad. Y eso vale para el Gobierno y también para cualquier forma de organización humana.
La alternativa, nos recuerda Alain Denault, es la «grisura», lo «insípido». Ya saben, lo mediocre.
Un sándwich, mixto, por favor.
martes, 3 de septiembre de 2019
Microrelato
Microrelato. Micromomento
domingo, 1 de septiembre de 2019
Momentos de la vida cotidiana. Soledad
Recuerdos nítidos, tan claros como el segundo prensente. En ese espacio de tiempo me encuentro ahora, con 8 años de edad, arrodillada en la esquina de la entrada de mi antigua casa, llorando sin consuelo, al lado de un portaparguas con motivos ingleses, un conejo escapando de unos perros y cazadores dando la orden montados en sus caballos. Recuerdo que una angustia me oprimia el pecho, recuerdo a mi madre acercándose a mi para paliar mi tristeza. Reuerdo mirar al conejo y sentirme en "su pellejo".
"Qué te pasa nenita? ", me preguntó preocupada... Y yo contesté entre llantos..." acabo de comprender que significa la soledad y ahora sé que el resto de mi vida voy a encontrarme así... triste y sola, sin amigos que me comprendan... "
Y ahora pienso: esa desesperanza infantil ha inundado gran parte de mi vida pero sin querer, descubrí lo mágico de esa soledad y el privilegio de poder ser capaz de compartirla con un ser amado.
Momentos de la vida cotidiana.
viernes, 30 de agosto de 2019
Las nanopartículas podrían algún día dar a los humanos visión nocturna incorporada

miércoles, 28 de agosto de 2019
Destierro
El destierro se convierte en humillación, desvalorización, horror... No importa de donde vengas o a donde vayas porque te dejan sin rumbo y acarreando con un vacío difícil de explicar y de llenar.
Con el tiempo te das cuenta que por mucho sufrimiento que corriera por tus venas has ganado algo muy importante la LIBERTAD, libertad interior que te da fuerza para levantarte, caer, levantarte de nuevo y mirar con nuevos ojos al mundo.
lunes, 26 de agosto de 2019
Lo que pasa. Alejandra Pizarnik
Lo que pasa...
Siempre inagotable, Alejandra Pizarnik:
"... lo que pasa con el alma es que no se ve
lo que pasa con la mente es que no se ve
lo que pasa con el espíritu es que no se ve
¿de dónde viene esta conspiración de invisibilidades?
ninguna palabra es visible"
Como la minorías intransigentes doblegan a las mayorías moderadas
Cómo las minorías intransigentes doblegan a las mayorías moderadas: la teoría que explica desde la islamización hasta el nazismo
Y, de repente, empieza a actuar de forma errática. Busca una zona húmeda y poco soleada, trepa a un árbol o escala una planta y, por último, muerde el nervio central de una hoja. Y luego, nada. Permanece inmóvil, petrificada, inerte; hasta que, cuatro, cinco o diez días después, muere y, entonces, el hongo empieza a crecer.
El Ophiocordyceps unilateralis es un hongo capaz de modificar la conducta de las hormigas que infecta. El último Popper pensaba que las ideas eran algo muy parecido a ese hongo: no eran las personas las que tenían las ideas, sino éstas últimas las que tenían a las primeras. Una vez que se implantan en nosotros nos llevan por caminos que nunca habríamos imaginado.
Hoy sabemos que eso no es exactamente así, pero muy a menudo es difícil creer que las ideas son fruto de la reflexión libre y personalísima de los individuos. Sabemos que es casi imposible cambiar las opiniones de la gente, así que ¿Cómo explicamos que sociedades enteras cambien rápidamente de forma profunda e irreversible? ¿Cómo explicamos la cristianización de Roma, la sinización del Mongol, la extensión de las cazas de brujas en la vieja Europa, la locura nazi o la súbita secularización de países profundamente religiosos?
Nacionalismo blanco: en qué consiste la ideología que Facebook y algunos gobiernos quieren prohibir
Esas son preguntas que se repiten muchas veces en nuestra historia. Pero, sobre todo, son preguntas que resuenan en muchísimos debates del presente ¿Cómo es posible que ideas propias de pequeñas comunidades minoritarias acaben convirtiéndose en profundos consensos sociales.
"Europa comerá halal"
Nassim Taleb es uno de los intelectuales públicos que más ha hablado sobre este tema. Según su teoría basta con que un tres o un cuatro por ciento de la población mantenga sus preferencias con cierto nivel de intolerancia para que toda la sociedad acabe por someterse a esas preferencias. Es importante señalar que esa intolerancia puede ser voluntaria (no queremos comer carne) o involuntaria (no podemos consumir gluten), lo importante es que sea firme.
(Utsman Media/Unsplash)
Para Taleb, la "dictadura de la pequeña minoría" es una consecuencia inevitable de la existencia de sistemas complejos, sistemas que se comportan de manera no prevista por sus partes. Son sistemas donde lo que más importan son las relaciones. Uno de los ejemplos favoritos de Taleb es la extensión de la comida kosher en EEUU o de la halal en Europa. Un día, el pensador libanés se dio cuenta de que todas las bebidas de Nueva Inglaterra cumplían los requisitos para ser considerados kosher. Es decir, siguen las normas alimentarias judías.
A Taleb le extrañó que, teniendo en cuenta la baja proporción de judíos, eso fuera así. Pero rápidamente encontró muchos más casos. Productos sin cacahuete o gluten, la fuerza del inglés como segundo idioma o el hecho de que cada vez más carne europea se sacrifique siguiendo las reglas islámicas son fenómenos producidos por el mismo mecanismo, según Taleb: la dialéctica entre minorías intransigentes y mayorías flexibles.
Las condiciones del mestizaje
Para que esto ocurra, han de darse al menos dos condiciones: la primera es que que la minoría esté distribuida uniformemente por el conjunto del territorio (si hay guetos, la ‘ley de la minoría’ no funciona). En el fondo, las ideas de Taleb son una reformulación de la "fuerza de los lazos débiles" de Granovetter.
Mientras investigaba cómo varias comunidades bostonianas se movilizaban frente a lo que hoy llamaríamos gentrificación, el sociólogo Mark Granovetter se percató de que la coordinación socialno dependía tanto de las relaciones fuertes (familia, amistad o trabajo) como de las relaciones débiles entre gente que se conocía poco o nada. La sociedad, nos explicaba, es una enorme red social formada por agregación de nodos comunitarios. Los lazos sociales débiles "se extienden más allá de los círculos íntimos y establecen las conexiones entre grupos en las que se basa la integración macrosocial" (Peter Blau, 1974).
(Claudio Schwarz/Unsplash)
Por eso, como recuerda Taleb, cuanto más clusterizada esté la sociedad menos probable será que una preferencia comunitaria se imponga a nivel social.
La segunda condición es que y que los costos asociados a la práctica minoritaria no sean muy altos. Esos costos pueden ser económicos (si producir limonada kosher no deben ser desorbitadamente más caros que los de la normal), pero también culturales, éticos o de cualquier otro tipo. La práctica se filtrará al consenso si adoptarla es 'barata' para la mayoría.
Las cosas cambian
La idea y las cifras (3-4%) que defendía Taleb son intuitivas, pero plantean la posibilidad de que exista un tipping point en lo que el cambio social se refiere. Hace unas semanas un nuevo estudio cuantificó en una serie de experimentos el tamaño de esa minoría, el 25%.Según estos investigadores, por debajo de ese umbral, la práctica comunitaria seguirá siendo minoritario. Pero a partir del 25%, el cambio acabará por convencer a la mayoría. Y lo hará rápidamente. Aunque, esto también es cierto, los investigadores explican que ese porcentaje puede cambiar según la estructura social.
8chan y "El Gran Reemplazo": la teoría racista que ha impulsado los atentados de El Paso
En el fondo, los investigadores han diseñado una serie de experimentos sociales donde pueden poner a prueba cómo cambian las ideas de los grupos, cómo se produce la evolución cultural; sin embargo, y como ellos mismos reconocen, la complejidad de la sociedad es difícil de meter en un laboratorio.
El tipping point quedará, seguramente, en algún lugar intermedio. Al final, los ejemplos de Taleb son relativamente triviales (la mayor parte de los consumidores simplemente ignoran el hecho de que la carne sea halal), mientras que los ejemplos de estos investigadores son cambios mucho más sustanciales. Sea como sea, el resultado de este "intercambio" no siempre es malo. De hecho, estos mecanismos de coordinación social no solo explican como las minorías se imponen a las mayorías, sino también como los consensos sociales se hacen más profundos e inclusivos y aprender sobre ello es quizá lo más interesante.
viernes, 23 de agosto de 2019
Hilo conductor
Ha nacido un hilo conductor entre tu esencia y la mía que me empuja, de manera inconsciente, a limpiar el camino irreal que han creado nuestras miradas para no perdernos en un abismo de emociones descontroladas.
Momentos de la vida cotidiana. Conexión
Hoy las probabilidades de la vida me han hecho un regalo intenso y fascinante, me han dado la gran oportunidad de poder entablar conversación con de "dueño" de la guitarra con las cuerdas al revés.
Conversación profunda de miradas penetrantes en la que dos almas distantes se han tornado cercanas.
Nosotros nos conocemos y no de una sola vez, me ha dicho con su dulce acento de Porteño y voz melodiosa, como sus canciones.
Si cierto conteste, han sido infinidad de momento en los que me regalaste tus bellas canciones jugando con las cuerdas de tu guitarra al revés.
Nos alejamos de aquel rincón que parece sacado de una dimensión de entre múltiples dimensiones.
Nos despedimos como si nunca más volviereramos a cruzarnos y entonces pensé : no quiero nunca dejar de sentir con esa intensidad descomunal en mis momentos presentes compartidos con los personajes que hacen posible mis momentos de la vida cotidiana.
miércoles, 21 de agosto de 2019
Momentos de la vida cotidiana. Instante con la guitarra con las cuerdas al revés
En ese momento pensé : no quiero dejar de sentir esos instantes intensos con todo aquello que me rodea, aunque esos sentimientos creen en mi un mundo ajeno siempre seran para mí mis...
Momentos de la vida cotidiana.
viernes, 9 de agosto de 2019
domingo, 4 de agosto de 2019
Las ciudades que una vez transitamos nos habitan. Momentos de la vida cotidiana
Micropensamiento. Prejuzgar
La sociedad hace que nos prejuzguemos...Pero... ¿Quién soy yo para eso?
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... Cuando de repente abres los ojos y te das cuenta que todxs a tu alrededor están muertos...
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El amor no es tema de conversación hoy en día, en un mundo individualista en el que todo se compra y vende de manera rápida el amor, como t...
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Los momentos de reflexión últimamente se han tornado continuos formando parte de esa existencia irreal que ha rodeado mi vida. Momentos dis...
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Película Hierro (3) https://pelis247.org/bin-jip-hierro-3-2004/
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El pueblo unido jamás será vencido ... de pie marchar el pueblo va a ganar...

