Creo que este vídeo es motivo de reflexión.
Desde que tengo uso de razón, y lo dejo reflejado en mis relatos de la vida cotidiana, me he sentido más observadora que parte integrante de esta sociedad, motivo que me llevó a vivir y experimentar en otras sociedades, conocer diferentes etnias para poder compararme y demostrarme a mi misma y a los demás que yo no era "diferente".
En ese largo proceso de ir y venir descubrí algo sorprendente, si soy "diferente", si pienso diferente, si me comporto diferente, si me vivo diferente, motivo que me causó gran tristeza y una soledad interior difícil de explicar, ya que creí que algo mal tenía que estar en mí, ese era el mensaje que recibía de lo más cercano y que he estado recibiendo hasta hace poco. Mi reacción fue seguir intentando ser como los demás hasta que esa estrategia cayó por su propio peso.
Y nuevamente me paré, observé, me observé y todo me indicaba que si era "diferente", entonces ¿por qué esa lucha interna que no me llevaba a ninguna parte?
Ser neurodiverso no es una patología, no es tener un interior caótico, no es no ser empático, es más bien todo lo contrario, es como colocarse en una nube y observar todo lo que sucede en tu entorno, penetrar más allá de las personas, tener la capacidad de poder desgranar lo más pequeño y reírte hasta reventar y llorar sin consuelo por esos descubrimientos de tu día a día.
Algunas veces es frustrante vagar entre tanto sentimiento desordenado en un mundo uniforme, pero reconocerte, reconocer tu entorno y a aceptarte y aceptar a las personas que te rodean te permite seguir en esa nube y bajar de vez en cuando para compartir las pequeñas grandes cosas que nos ofrece la vida.
APOYAR LA DIFERENCIA ES CRECER Y AYUDAR A CREAR UN MUNDO MEJOR
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