La soledad no consiste en no tener personas alrededor, sino en no poder comunicar las cosas que a uno le parecen importantes, o de callar ciertos puntos de vista que otros encuentran inadmisibles.
Carl Gustav Jung
El hecho de tener el rasgo de la alta sensibilidad ya de por si te puede crear una cierta sensación de soledad (también hay que tener en cuenta otras variables de personalidad, claro) puesto que funcionas diferente a la mayoría de gente.
Pero cuando además se le añade a la ecuación de quién eres, la alta capacidad, la mezcla de esas dos variables te hace ser una persona que funciona distinto al 95-97% de la población.
Lo que significa que tienes unas particularidades que te hacen complicado o a veces imposible, compartirte con los demás al nivel que quisieras, y eso claro, da una cierta sensación de soledad que yo llamo “soledad existencial”.
Porque muchas PAS con alta capacidad no es que estemos solas, solas, en el sentido de no tener gente a nuestro alrededor.
A veces sucede al contrario; precisamente la habilidad de comprender a todo el mundo, te hace una persona que se adapta a cualquier ambiente y que es capaz de socializar con muchos tipos de gente.
La soledad de la alta capacidad es del tipo de la hablaba el genial psiquiatra Carl Jung; una soledad que se da porque no puedes compartir lo que eres, lo que tienes dentro, con la mayoría de gente.
Al menos no puedes compartirte al nivel que necesitarías ni como a ti te gustaría.
Y es que la gente se siente “desnuda” ante tu mirada, porque intuyes, sabes cosas de ellos que ni ellos mismos conocen.
Incluso si a veces no te gustaría ver más allá de lo que la gente aparenta, eres así y ves lo que ves.
Y todo ese universo que llevas dentro y que a los demás les resulta invisible es difícil de manejar.
Sobre todo cuando somos niños, que no entendemos por qué los demás no ven los que nosotros vemos, y esto nos causa mucha confusión interna y puede traernos muchos problemas con otros que no entienden “de donde te sacas esas cosas”.
Luego, claro, es estadísticamente poco probable que encuentres a alguien cuya mente vaya igual de rápido que la tuya, y que entienda sino todas tus capas, algunas, las suficientes.
Porque mucha gente se va a limitar a encasillarte en sus pequeñas cajas mentales. Donde tú no cabes.
Es como que a las personas les molesta o les da miedo aquello a lo que no pueden poner etiquetas porque no lo acaban de entender.
Y a veces, y según tu personalidad y circunstancias también, claro, es difícil encontrar a gente que no se sienta intimidada por tu intelecto (especialmente si eres mujer) y que no te teman, que no te vean como una especie de bicho raro que les fascina y atemoriza al mismo tiempo.
Así que, como estrategia de pura supervivencia, las PAS con alta capacidad desde la adolescencia aprendemos a ser camaleones, a camuflarnos según lo que “nos pida” la situación.
Aprendemos también a medir nuestras palabras, a hablar más despacio, a simplificar conceptos y explicar a otros lo que para nosotr@s es muy obvio.
Esto puede resultar muy frustrante, claro, al igual que el hecho de encontrar muy poca gente que pueda ir más allá, que sean capaces de ver más allá de la fachada que muestras.
Especialmente si eres una high achiever, o sea, que eres una alta capacidad que te amoldas un poco al estereotipo de superdotado “exitoso” que consigue cosas que la gente puede ver, puede que también piensen que tu autosuficiencia es un signo de que no necesitas a nadie, o confundan tu actitud con ser una persona fría o soberbia (sobre todo si eres mujer).
La alta capacidad, además, nos da unas características que nos hacen no parecer ante los demás tan sensibles como realmente somos.
Yo esto es algo que veo muy claro; a las PAS sin alta capacidad es como que “se les nota” más ese “ser sensibles”, pero a las que tenemos alta capacidad no tanto.
Y eso también puede ser una fuente de dolor, porque sí que somos personas fuertes, (¡no tenemos más remedio¡) pero también al mismo tiempo somos muy sensibles y dentro de nosotros habita una fragilidad que la mayoría de gente no puede ni atisbar.
Y en fin, que no es fácil el tema de socializar cuando parece que tú hablas un idioma completamente diferente al de mayoría de personas.
En general la gente funciona de manera más “lineal”, así que les resulta tremendamente difícil de entender que tú puedes estar bien y mal al mismo tiempo, que eres fuerte y frágil, que eres tan complej@ que dentro de ti se dan muchas contradicciones que ni tú mismo entiendes a veces.
Y sí, efectivamente hay muchas cosas que no podemos controlar en el tema de las interacciones con los demás, y precisamente por ello es muy importante que nos centremos en aquello que sí está en nuestra mano y que tiene el potencial de mejorar nuestras relaciones sociales.
Por ejemplo, el tema de las expectativas.
Las PAS ya de por sí, tenemos expectativas altas para con nosotras mismas, para con los demás y para con el mundo en general.
En el caso de la alta capacidad estas expectativas a veces de tan altas pueden ser irreales.
Y casi sin darnos cuenta, y cuando se añade además nuestro gran idealismo, podemos esperar demasiado de los demás y pedirles mucho más de lo que nos pueden dar.
Luego, también es súper importante este tema en el que las Pas y las altas capacidades caemos mucho, que es el ver a los demás como una especie de proyecto y el relacionarnos más con el potencial que con la persona que tenemos delante.
Aquí es importante aceptar que hay gente que nunca “alcanza su potencial”.
Y no pasa nada.
Mucha gente no ha venido al mundo para estar en esta especie de “autorefinamiento” continuo en el que estamos las PAS con alta capacidad, y eso no significa que estén malgastando sus vidas.
Lo que ocurre es que esta diferencia nos hace a veces sentir que “avanzamos” en la vida, como que mudamos de piel e inevitablemente sentimos que vamos dejando atrás a otros que se quedan en el mismo sitio de siempre.
Y no pasa nada. Somos diferentes, y la cosa está en aceptarlo y no pelearse con ello.
Luego está el tema de tener una conciencia alta, que es el resultado de tener una alta sensibilidad sumada a una alta inteligencia.
Y esto es una especie de maldición y bendición al mismo tiempo.
Ver lo que otros no ven no siempre es fácil de llevar, sobre todo en el tema de las relaciones sociales.
Pero es importante entender que la gente no ve lo mismo que tu porque no pueden, no porque no quieran.
Y también es vital si queremos tener al menos un puñado de relaciones significativas, el aprender a no ser tan crític@ con los demás.
Porque tenemos una mente afilada que analiza, juzga, evalúa y mide todo con ese supuesto estándar de perfección, lo que hace que le encuentres pegas a todo, también al comportamiento de la gente, claro.
Y a nadie, nos gusta tener a una persona que nos critica continuamente (aunque sea con buena intención).
Y también nos toca entender que es normal que abrumemos a mucha gente con nuestra intensidad y velocidad de procesamiento mental, con nuestra mente que une ideas a veces disparatadas, que piensa “fuera de la caja”.
Por eso, lo mismo es importante aprender a tener paciencia (si te apetece, eso sí) con mucha gente que no es que no quieran entenderte o entender tantas cosas que tú ves tan claramente, es que no pueden.
Y también hay un trabajo terapéutico de curar tus heridas, todos esos años donde no te entendiste, y todo el dolor social que has pasado, especialmente si has sido una alta capacidad que ha sufrido bullying, moobing, o cualquier otro tipo de exclusión u ostracismo social por ser diferente.
Por otra parte, también hay que ver que en el tema de lo social, es importante para cualquier persona en general y para las altas capacidad en particular entender que muchas veces la gente cuando te cuenta sus problemas solo quieren que les escuches atentamente y que no necesitan que les saques una especie de “tesis doctoral” sobre lo que le pasa.
Incluso si tus soluciones son brillantes. Que muchas veces lo serán.
Como psicóloga que soy, te aseguro que la mayoría de veces la gente no quiere soluciones y que hay que aprender a que no porque tengas la respuesta a algo, la tienes que dar si no te la han pedido.
Y también es importante recordar que necesitamos controlar un poco nuestra intensidad en las conversaciones, porque a veces nuestro entusiasmo, nuestro cerebro veloz y la necesidad de explicar las cosas de manera ultraprecisa, puede dejar a nuestros pobres oyentes exhaustos.
Y es normal que se pierdan o que pierdan el interés en lo que estás diciendo.
También es importante que revises el tema de la autosuficiencia, porque está bien ser autosuficiente, pero hasta cierto punto.
Es importante que permitas que la gente haga cosas por ti, y para ello, muchas veces te va a tocar pedir, y pedir exactamente lo que necesitas, puesto que al funcionar tan diferente, la gente raramente se puede dar cuenta de lo que tú necesitas concretamente.
Y tienes que ser vulnerable, aunque sea con un puñado de gente muy muy pequeño.
Y también es crucial entender que la admiración no es exactamente lo mismo que el amor.
Puedes aprender que puedes ser amado por lo que eres, no por tus éxitos externos o lo que consigues.
Y a pesar de que hagas muy bien todo lo que comento en los párrafos anteriores es importante también aceptar que por mucha maestría social que adquieras, siempre va a haber gente que se va a sentir intimidada por tu mera presencia, o que no te van a aceptar.
Así que no pasa nada porque seas selectivo, y escojas bien con quién compartirte, siempre que este ser selectivo no sea una defensa contra el mundo que te sirva de parapeto para no dejar entrar a la gente a nuestra vida.
Y mira, que lo mismo nuestra manera de ser no está hecha para ir con las masas y no pasa nada.
No puedes ni tienes que hacer nada para cambiarlo.
Quizá solo aceptarlo y comprometerte con seguir siendo auténtic@.
Y buscar a ese puñado de gente que respete tu excentricidad, tu individualidad, tus sensibilidades y tu inteligencia.
Y que tienes que entender que no eres demasiado rar@ para que te quieran tal cual eres, pero que quizá te toque buscar bastante más que al resto de gente para que te suceda.
Te espero en los comentarios 😉
Del blog de María Gómez
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