El ser humano continuamente se empeña en creer que puede controlar cada ápice de espacio que le rodea, sin querer darse cuenta que no es nada mas que una mota de polvo en el universo.
Nos empeñamos en convertir nuestra vida en un sin fin de lágrimas poniéndonos obstáculos en nuestro caminar para no aceptar que no somos nada y que en realidad, esa búsqueda absurda en la que terminamos perdiéndonos, es simplemente un algo incomprensible. Aceptar que nuestra existencia no tiene sentido nos puede producir vértigo, desasosiego, soledad si no comprendemos que el fin de la vida no es nada más que la muerte y la muerte nos pone en camino a las estrellas, a una comunión con la consciencia del universo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario